La autonomía es actualmente el factor decisivo para muchos compradores de coches eléctricos, pero se espera que en pocos años este tema haya desaparecido casi por completo de la mente de los clientes interesados. Las razones se encuentran en la investigación y el desarrollo, porque con baterías cada vez más potentes, la cuestión de la autonomía se responderá principalmente con una palabra en un futuro previsible: Suficiente.
Esto significa que la cuestión de la autonomía también podría pasar a ser tan secundaria para los coches eléctricos como lo es para los vehículos de propulsión convencional, pero este cambio no se producirá de la noche a la mañana. Actualmente, BMW espera que la autonomía de los coches eléctricos se duplique en los próximos diez años, por lo que un coche como el BMW i3 podría ofrecer una autonomía teórica de 600 kilómetros en 2026. Por supuesto, esto ya sería posible hoy en día, pero exigiría grandes compromisos en el diseño del vehículo y tampoco sería atractivo en términos de precio.
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Por tanto, la duplicación de la autonomía no se refiere explícitamente a viabilidades teóricas en condiciones fantasiosas, sino a un cálculo realista del rendimiento de las baterías con costes similares a los de las baterías de los coches eléctricos actuales.
El desarrollo de una batería de alto voltaje para su uso en un coche eléctrico siempre tiene lugar en un área de tensión en la que la autonomía es sólo uno de los muchos factores. Igualmente importantes para los desarrolladores son la fiabilidad, la vida útil, los posibles tiempos de carga, la seguridad en todas las condiciones imaginables, la rápida recuperación de la energía para una conducción deportiva y, por supuesto, los costes.
En el campo de la investigación de células, BMW i colabora intensamente con proveedores como SDI, pero también con numerosas universidades de todo el mundo y diversos proveedores de materiales. Ya está claro que las actuales baterías de iones de litio serán sustituidas algún día por baterías de alto voltaje fabricadas con otros materiales.
Aunque la tecnología de iones de litio seguirá siendo el estándar en los próximos años, la investigación de materiales de base con propiedades aún mejores -de nuevo, la autonomía es sólo uno de varios factores- para coches eléctricos e híbridos enchufables está en pleno apogeo. Tal y como están las cosas, uno de los próximos pasos será probablemente el uso de baterías de níquel-manganeso-cobalto, que también se está investigando en BMW i y sus respectivos socios.
Un vistazo al coche eléctrico BMW i3 muestra lo grandes que son los avances potenciales en la tecnología de baterías: cuando el pequeño coche salió a la venta a finales de 2013, su batería de 60Ah proporcionaba una autonomía teórica de 190 kilómetros. Menos de tres años después, BMW i puede ofrecer el mismo coche con una batería de 94 Ah y una autonomía de 300 kilómetros por un pequeño recargo.